Trastorno antisocial de la personalidad, el que se distingue por un patrón general de conducta de desprecio y violación de los derechos de los demás, con fracaso para adaptarse a las normas sociales, lo cual puede provocar el infringimiento de la legalidad. Es la personalidad más habitual en el mundo de la delincuencia.
Las personas con este trastorno engañan y manipulan con tal de obtener un provecho o placer personal. Son incapaces de planificar el futuro, probablemente por su gran impulsividad, y por su búsqueda constante de nuevas sensaciones. Se irritan con facilidad y pueden llegar a la agresión, despreocupándose imprudentemente por su seguridad y la de los demás.
En general, son irresponsables tanto en el trabajo como respecto a sus responsabilidades económicas y, en casos extremos, no acostumbran a mostrar remordimientos sino, por el contrario, indiferencia o justificaciones inadecuadas.
Existen gradaciones dentro de este trastorno, que oscilan entre los que presentan sólo dificultades interpersonales o laborales, hasta los que caen en la delincuencia.
La prevalencia es del tres por ciento en los hombres y del uno por ciento en las mujeres.
Se denomina también personalidad psicopática o psicópata.