click here intoxicación por cobre
Enfermedades de Wilson y Menkes
Existen varios desórdenes humanos que resultan de una falla en la homeostasis del
Cu. Entre ellos se encuentran las enfermedades de Menkes y Wilson como las de orígen
genético más importante y frecuente, la cirrosis infantil Indú, la cirrosis infantil endémica
del Tirol y la cirrosis idiopática cúprica (producida por un defecto genético y simultánea
ingesta excesiva de Cu) (Mercer, 2001; Andrews, 2002).
Las enfermedades de Menkes (asociada al cromosoma X) y Wilson (autosómica
recesiva) están ampliamente estudiadas y se caracterizan por presentar defectos genéticos
en las ATPasas responsables de regular la liberación de Cu hacia la circulación y la bilis,
ATP7A y ATP7B respectivamente. Estas proteínas son funcionalmente homólogas y
presentan un 67 % de similitud estructural. Los genes que codifican para ambas ATPasas
se expresan en distintos tejidos (Bertinato y L’Abbé, 2004). Como mencionamos en
párrafos anteriores, ATP7B reside mayoritariamente en el compartimento TGN dentro de
los hepatocitos, aunque también se expresa en los ganglios basales del cerebro, cerebro
medio y retina (Lutsenko et al., 2007). Es por eso que las mutaciones en esta proteína
conllevan a la acumulación de Cu en los hepatocitos y en varias zonas del encéfalo (Shim y
Harris, 2003).
Los pacientes que padecen defectos en ATP7B desarrollan principalmente
enfermedades hepáticas, especialmente un tipo de cirrosis, como consecuencia de la
acumulación de Cu. A su vez, los casos severos pueden evolucionar hacia desórdenes
psiquiátricos por la formación de depósitos de Cu en el cerebro, no sólo por no poder
eliminarlos debido a los defectos en ATP7B in situ, sino también por la infiltración del
metal proveniente de la circulación general y en última instancia del hígado (Lutsenko et
al., 2007). La presencia en la córnea de depósitos de iones Cu en forma de anillos llamados
“Kayser-Fleischer” es una de las principales características diagnósticas de la enfermedad de Wilson. Estos depósitos son consecuencia de la inactivación de ATP7B expresada en el
epitelio pigmentario de la córnea y el cuerpo ciliar durante el desarrollo de la retina
(Lutsenko et al., 2007).
Por otro lado, ATP7A se expresa mayoritariamente en el intestino, la placenta y el
cerebro. Los iones Cu que entran en estos tejidos son necesarios para los requerimientos
diarios de este metal en el organismo, para abastecer al feto en crecimiento y el desarrollo
del cerebro, respectivamente. Las mutaciones en ATP7A son clínicamente evidenciables
como deficiencias generalizadas de Cu que conllevan disminución en la actividad de
cupro-enzimas como la Cu/ZnSOD, directamente involucradas en el sistema de defensa
antixidante celular, entre otras. Otra de las enzimas afectadas es la tirosinasa necesaria para
la síntesis de melanina en los melanocitos. Esta enzima requiere dos iones Cu los cuales se
incorporan dentro del TGN a través de ATP7A. Una vez madura, es transportada hacia los
melanosomas donde ejerce su actividad sintética (Setty et al., 2008). Los pacientes
afectados presentan el cabello hipo-pigmentado y albinismo ocular (Shim y Harris, 2003;
Setty et al., 2008). También se afecta la lisil-oxidasa, cuya inactividad se traduce en
anomalías del tejido conectivo y aneurismas.
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sábado, 13 de abril de 2013
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