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jueves, 28 de marzo de 2013

Trastorno por Deficit de atención e Hiperactividad .






La mayoría de los padres y profesores los definen como ruidosos, maleducados, inquietos y pesados, sin embargo, desconocen la verdadera causa de este comportamiento. El Trastorno por Deficiencia de Atención e Hiperactividad (TDAH), el más frecuente en los niños, es un trastorno del neurodesarrollo que deteriora la calidad de vida de los pequeños y su relación con el entorno. ¡Conócelo a fondo!¿Qué es el TDAH?
En el Trastorno por Deficiencia de Atención e Hiperactividad existe una alteración del sistema nervioso central, lo que provoca que los niños que lo padezcan manifiesten dificultades para mantener la atención y conductas hiperactivas y/o impulsivas, pudiendo ocasionar serios problemas en su desarrollo, así como disminución del rendimiento académico, falta de adaptación social y desajustes emocionales. Lo sufre entre un 2 y un 5% de la población infantil, y se manifiesta de forma distinta en niñas y niños, siendo más común en estos últimos. Mientras que los niños suelen tener con más frecuencia síntomas de impulsividad y agresividad, en las niñas destacan los problemas en la atención, dificultades cognitivas y síntomas ansiosos y afectivos.
El Trastorno por Deficiencia de Atención e Hiperactividad se da entre un 2 y un 5% de la población infantil, causando dificultades para mantener la atención y conductas hiperactivas y/o impulsivas
Sus manifestaciones no se originan siempre al mismo tiempo, por lo que, dependiendo de los síntomas, podemos distinguir tres subtipos de este trastorno:
TDAH Hiperactivo-compulsivo, en el que destacan los síntomas de hiperactividad e impulsividad.
TDAH inatento, en el que predomina la falta de atención de los niños.
TDAH combinado, donde el niño presenta una mezcla de todos los síntomas.


¿Cuáles son sus síntomas?

La mayoría de los niños tienen conductas hiperactivas, compulsivas y dificultades para mantener la atención, principales síntomas del TDAH. Sin embargo, en los pequeños que no padecen este trastorno estos síntomas tienden a disminuir según van creciendo, por lo que es imprescindible tener en cuenta su cantidad, intensidad, frecuencia y permanencia en el tiempo. Los numerosos síntomas del TDAH son frecuentes y graves, afectando considerablemente a la vida diaria y desarrollo de los niños.
Más del 80% de estos niños seguirán padeciendo problemas durante la adolescencia, y entre el 30 y el 65% en la edad adulta.

1. Hiperactividad. Son niños inquietos, que hablan en exceso y tienen dificultades para estar sentados durante mucho tiempo, encontrándose casi siempre en movimiento.

2. Impulsividad. Hacen lo primero que se les ocurre o les apetece, respondiendo sin pensar y comprendiendo las consecuencias de sus actos demasiado tarde.
3. Falta de atención. Son niños que se distraen fácilmente con cualquier cosa, dejando lo que estaban haciendo a medias.
Este trastorno suele ser diagnosticado antes de los 7 años, normalmente con la entrada al colegio, a través de diversas evaluaciones médicas, tests pedagógicos y una completa entrevista con los padres.


Causas de su aparición
Numerosas investigaciones afirman que el TDAH no tiene un único origen, sino que surge como respuesta a diversas causas que se dan en quien lo desarrolla, diferenciando así entre factores biológicos y factores psicosociales. Además, el niño con TDAH tiene una producción irregular de dopamina y noradrenalina, dos neurotransmisores necesarios para la adecuada comunicación entre las neuronas, cuyo origen es desconocido.
Entre los factores biológicos que provocan la aparición del Trastorno por Deficiencia de Atención e Hiperactividad se encuentran los genéticos, ya que el TDAH es altamente hereditario, y diversos sucesos ocurridos durante el embarazo o el nacimiento del niño. Por otra parte, ambientes de pobreza, malnutrición, exclusión social, problemas familiares o violencia en el hogar son algunos de los factores psicosociales que provocan su aparición.


¿Cuál es el tratamiento para los niños que tienen TDAH?

El tratamiento requiere un complejo programa donde deben estar incluidos los padres, profesores, médicos y psicólogos. Debe coordinar los siguientes aspectos:
• Un tratamiento psicológico que implica tanto la terapia individual para el pequeño como la familiar. En la psicoterapia suele enseñarse a los niños a controlarse, a observar e identificar sus actividades consideradas inapropiadas, e intentar reducirlas. En cuanto a la psicoeducación para padres, se muestran los escasos límites, pero estables, que deben marcarle al pequeño.
• Es necesaria una intervención psicopedagógica y escolar para apoyar y ayudar al pequeño en las actividades en las que esté más necesitado.
• El tratamiento farmacológico aplicado al TDAH se basa principalmente en estimulantes y no estimulantes. El metilfenidato es un estimulante, derivado de las anfetaminas; y aunque es eficaz entre el 60 y el 75% de los niños, suele producir temor en los padres al ser un psicoestimulante. La atomoxetina, al contrario, es un nuevo fármaco no anfetamínico que ha demostrado también su eficacia frente a este trastorno.


Trastornos asociados

El TDAH, además de provocar serios problemas en la vida de los niños que pueden agravarse si no son tratados, suele presentarse con trastornos asociados conocidos como comorbilidades.
Niños con problemas para relacionarse, con pocos amigos, un bajo rendimiento escolar que suele terminar en fracaso y discusiones continuas con los padres, son algunas de las consecuencias del estudiado trastorno, pudiendo provocar, asimismo, la aparición de:
• El trastorno negativista desafiante, asociado con más frecuencia a los niños en edad escolar, provoca que se haga lo contrario a lo que se le pide, manifestándose hostil y desafiante.
• El trastorno de conducta, por el cual rompen frecuentemente las normas establecidas y los derechos de los demás, pudiendo llegar a convertirse en delincuencia juvenil.
• La ansiedad por separación provoca que el niño tenga pánico a la hora de separase de sus padres, manifestando, incluso, síntomas físicos como vómitos, dolor de estómago, etc.
• Los trastornos de ánimo hacen que el niño sufra episodios en los que el estado de ánimo varía desde encontrarse deprimido o triste, hasta eufórico e irritable.
Para poder frenar estas dificultades a tiempo y que no deriven en problemas de conducta mayores, como el abuso de alcohol y drogas en el futuro, hay que realizar un diagnóstico completo y llevar a cabo un tratamiento adecuado al TDAH.