La infección por
Mycoplasma pneumoniae es causa frecuente de infecciones respiratorias agudas en
niños, siendo responsable de hasta 40% de las neumonías adquiridas en la comunidad (NAC). El
grupo de mayor riesgo son los escolares, sin embargo también lo constituyen los menores de 5
años. Si bien las manifestaciones clínicas son inespecíficas, los síntomas más frecuentes son fiebre,
tos, compromiso del estado general y cefalea. El diagnóstico se puede establecer determinando
niveles de IgM en fase aguda, aunque recientemente se ha sugerido el rol de la reacción de polimerasa
en cadena para efectos clínicos, permitiendo aumentar la sensibilidad diagnóstica. Las alteraciones
de laboratorio son inespecíficas y no permiten distinguir la infección por
M. pneumoniae de la producida
embargo no ha demostrado disminuir el riesgo de contagio o transmisión a otras personas.
por otros microorganismos. Los hallazgos radiológicos pueden sugerir el diagnóstico, destacando la
presencia de infiltrados pulmonares focales, de predominio intersticial. El cuadro clínico tiende a ser
benigno y autolimitado, aunque en ocasiones puede producir neumonía fulminante o manifestaciones
extrapulmonares con compromiso neurológico, dermatológico, hematológico, cardiaco, renal y
osteoarticular. El tratamiento antibiótico ha demostrado que disminuye la morbilidad asociada a NAC,
acorta la duración de síntomas y disminuye la frecuencia de episodios de sibilancias recurrentes; sin
embargo no ha demostrado disminuir el riesgo de contagio o transmisión a otras personas.