Resumen: El    hipotiroidismo frecuentemente se acompaña de manifestaciones musculoesqueléticas, desde    mialgias, artralgiás hasta verdaderas miopatías y artritis. Se presenta el caso de una    paciente de 56 años de edad, con 10 años de disminución progresiva de la fuerza    muscular, mialgias, disfagia, intolerancia al frío y cambios en la voz. Ingresó al    hospital con insuficiencia respiratoria aguda. Al examen se le encontró en mal estado    general, somnolienta, con ventilación mecánica, piel áspera y seca, zonas de alopecia,    macroglosia, fuerza muscular marcadamente disminuida a predominio proximal, reflejos    osteotendinosos con fase de relajación prolongada. Los exámenes auxiliares mostraron:    hiponatremia e hipokalemia al inicio que se corrigió rápidamente, TSH elevada, T4    disminuida, elevación marcada de CP9K, TGO y DHL. Electromiografía: actividad de    inserción prolongada, fibrilaciones, ondas positivas y fasciculaciones esporádicas.    Biopsia muscular: edema intersticial, degeneración de fibras por zonas, no infiltrado    inflamatorio, ni compromiso vascular, inmunofluorescencia directa negativa. Recibió    tratamiento con hormonas tiroidea, evidenciándose mejoría clínica y caída gradual de    enzimas por lo que retiró el apoyo ventilatorio a las 4 semanas. La miopatía por    hipotiroidismo primario, en algunos pacientes, puede semejar una polimiositis. 
Introducción
El hipotiroidismo primario en los adultos    se caracteriza por un inicio insidioso, con una amplia variedad de síntomas y signos que    revelan la influencia de la tiroxina en diversos sistemas del organismo, por lo que puede    haber diversas manifestaciones clínicas. Entre las más frecuentes se incluyen:    infiltración periorbitaria, ronquera, artralgias, mialgias, intolerancia al frío, edema    sin fóvea, piel fría y seca, caída del cabello y del tercio extremo de las cejas,    retraso en la fase de relajación del reflejo aquíliano, síndrome del túnel del carpo y    otras neuropatías periféricas (1).
Las miopatías son enfermedades que se    manifiestan clínicamente por debilidad muscular. Una variedad de enfermedades endocrinas    cursan con esta manifestación siendo la hiper o hipofunción de la glándula tiroides una    de las principales causas de miopatía endocrina, donde los principales mecanismos    responsables son el equilibrio electrolítico y el efecto hormonal sobre el matabolismo de    las proteínas y los carbohidratos (2). Las manifestaciones musculoesqueléticas asociadas    con el hipotiroidismo incluyen: artralgias, tumefacción articular, mialgias, debilidad    muscular, síndrome del túnel del carpo, otras neuropatías y cuadros similares a la    fibromialgias (3).
Presentamos el caso de una paciente con    hipotiroidismo primario quien desarrolló una miopatía severa, elevación sérica de las    enzimas musculares y hallazgos electromiográficos que hicieron sospechar una    polimiositis. Los hallazgos en la biopsia muscular y la mejoría después de la    restitución hormonal definieron la etiología de la enfermedad.
Caso Clínico
Paciente mujer de 56 años de edad,    natural y procedente de Lima, quien acude al hospital con 10 años de enfermedad, de    inicio insidioso y curso progresivo, caracterizada por disminución progresiva de la    fuerza muscular a predominio proximal asociada a mialgias que ocasionaba limitación para    subir a vehículos de transporte público y posteriormente para la bipedestación;    asimismo incremento gradual de peso, disfagia, intolerancia al frío y ronquera. Ingresó    el 23.06.98 al Servicio de Emergencia por hematoma occipital debido a una caída siendo    derivada a la Unidad de Cuidados intensivos por insuficiencia respiratoria. Antecedente:    FUR a los 35 años de edad. Al examen clínico PA 110/70 mm Hg, FC 90 x'. Obesa, mal    estado general, somnolienta, facies abotagada. Piel pálida, seca, áspera, zonas de    alopecia, y caída del tercio extremo de las cejas. Edema duro generalizado. Macroglosia.    Corazón y pulmones normales. Abdomen blando, depresible, no doloroso, no visceromegalia.    Fuerza muscular marcadamente disminuida con imposibilidad para levantar la cabeza,    incorporarse de la cama y debilidad de las extremidades a predominio proximal, reflejos    osteotendinosos con fase de relajación prolongada.
Los exámenes auxiliares mostraron:    23.06.98 Hb 9.6 gr%, leuc 10 600 (ab 4%, seg 86%), plaq 189 000, Na 109 mEq/I, K 2.49    mEq/l, Cl 64 mEq/I, TGO 362 UI/I (VN: 10-45 UI/I), TGO 208 UI (VI: 9-43 Ul/I). 24.06.98    TSH 34.7 UI/I (VN: 0.5-4.0 UI/L), T4 0.46 ng/dI (VN: 0.8-2.8 ng/dI), cortisol plasmático    normal. 25.06.98 Na 123 mEq/I, K 4.41 mEq/I, Cl 87 mEq/. 26.06.98 Na 130 mEq/I, K 3.54    mEq/I, Cl 94 mEq/I, CPK 5 427 UI/I (VN: 0-190 UI/I), DHL 2 653 UI/I (VN: 230-460 UI/I).    02.07.98 CPK 1 112 UI/I, DHL 1 720 UI/I, TGO 329 UI/I. 09.07.98 CPK 204 UI/I DHL 1 385    UI/I, TGO 313 UI/I.
La electromiografía mostró actividad de    inserción prolongada, fibrilaciones, ondas positivas, fasciculaciones esporádicas,    potenciales de unidad motora de corta duración y polifásicos. En la biopsia muscular se    encontró edema intersticial, degeneración de fibras por zonas, áreas focales de atrofia    muscular, no infiltrado inflamatorio ni compromiso vascular, la inmunofluescencia directa    fue negativa.
Recibió como tratamiento hormona    tiroidea 25 mg c/8 h v.o. desde el 25.06.98; evidenciándose mejoría clínica con    recuperación progresiva de la fuerza muscular, retiro del apoyo ventilatorio y    disminución gradual de las enzimas musculares.
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Foto 1 y 2. Fibras musculares de corte transversal y        longitudinal en regular cantidad, presencia de edema intersticial moderado, degeneración        de fibras por zonas y áreas focales de atrofia muscular. No infiltramatorio ni compromiso        vascular. | ||
Discusión 
Las miopatías son un grupo de    enfermedades que afectan a la fibra muscular siendo el síntoma principal,    independientemente de la causa, la debilidad muscular que con frecuencia se desarrolló    insidiosamente hasta llegar a ser limitante; además se pueden asociar otras    manifestaciones musculares (cambios tróficos en la masa muscular, mialgias, calambres o    miotonías) o sistémicas (exantema cutáneo, infiltración periorbital, edema sin fóvea,    intolerancia al frío etc.). Pueden ser secundarias a una enfermedad sistémica    (metabólica, tóxica, endocrina, infecciosa, neurológica, etc.) o reflejar una    enfermedad muscular primaria (4).
La mayoría de miopatías endocrinas se    manifiestan con debilidad muscular a predominio proximal con fatiga, ocasionalmente    mialgias y calambres, cuadro clínico de la enfermedad de fondo usualmente presente,    patrón miopático en la electromiografía, niveles variables de creatinfosfoquinasa    (característicamente aumentadas en el hipotiroidismo, pero normales en el hipertiroidismo    o en el síndrome de Cushing) y hallazgos inespecíficos en la biopsia muscular. Las    enfermedades tiroideas pueden desencadenar 5 grandes síndromes musculares: la miopatía    tirotóxica, la oftalmopatía tirotóxica, la parálisis periódica tirotóxica, la    miopatía hipotiroidea y la miastenia gravis (4).
La fisiopatología de la miopatía en el    hipotiroidismo está poco comprendida, pero se sugieren dos mecanismos: un desorden    mitocondrial hormonodependiente que afectaría la provisión de energía al músculo (5)    y/o un exceso de TSH en el hipotiroidismo primario que estimularía la síntesis y el    depósito de mucoproteínas, como el ácido hialurónico, en el músculo esquelético    ocasionando degeneración y atrofia de las fibras musculares (2). La presencia de cuadro    clínico miopático en el hipotiroidismo no es infrecuente. Además de los movimientos    lentos, la demora en la contracción y la relajación muscular, alrededor de la mitad de    los pacientes presentan debilidad usualmente no pronunciada a predominio proximal y una    cantidad similar tienen calambres musculares, dolores o rigidez que pueden presentarse al    reposo y exacerbarse con la exposición al frío simulando una fibromialgia; alrededor del    12% de los pacientes desarrollan hipertrofia muscular generalizada confiriendo una    apariencia atlética conocida como el síndrome de Hoffman. La actividad de las enzimas    musculares séricas está incrementada, principalmente de la creatinfosfoquinasa cuya    concentración se correlaciona con la severidad del hipotiroidismo (2).
Ciompi (6) reportó dos casos de    miopatía por hipotiroidismo con 4 meses de enfermedad que semejaban una polimiositis; con    debilidad de cintura escapular, elevación de enzimas, presentando mejoría clínica y    bioquímica luego de tratamiento con L-tiroxina en un tiempo relativamente corto. Burnett    (7) presentó tres casos de hipotiroidismo con valores de CPK mayores de 2 000 UI/1, TGO    mayores de 90 UI/ 1 y LDH mayores de 300 UI/1 al momento del diagnóstico, con rápido    descenso después de la terapia hormonal.
Una variedad de cambios    electromiográficos se describen en los pacientes hipotiroideos. En la mitad de ellos se    observan aumento de la actividad de inserción e hiperirritabilidad, potenciales de    acción polifásicos de unidades motrices similares a los de la polimiositis y    frecuentemente se observan descargas repetitivas después de los movimientos reflejos (2).    Jaggy (8), en un estudio experimental con perros a quienes indujo un estado de    hipotiroidismo, encontró en la electromiografía, potenciales de fibrilación, ondas    picudas positivas y descargas complejas respectivas. Estos hallazgos no son exclusivos de    la miopatía por hipotiroidismo.
La biopsia muscular en la mayoría de los    pacientes revela evidencias de degeneración, áreas de necrosis focal, atrofia,    regeneración, basofilia, vacuolización y tamaño variable de las fibras; en un tercio de    los pacientes se encuentran depósitos de mucoproteínas dispersos en múltiples órganos.    Las coloraciones histológicas revierten aproximadamente en uno o dos meses de iniciada la    terapia hormonal sustitutiva (2).
La debilidad muscular proximal con    niveles elevados de creatrifosfoquinasa sugieren la presencia de una miopatía    inflamatoria (9,10). Aunque no perfectos, los criterios de clasificación para    polimiositis/ dermatomiositis propuestos por Bohan y Peter (11), hace aproximadamente 25    años, todavía resultan útiles. Después de excluir otras grandes causas de miopatía,    la presencia de los siguientes criterios: debilidad muscular proximal, niveles séricos    elevados de enzimas musculares, cambios miopáticos en la electromiografía y hallazgos en    la biopsia muscular de degeneración y regeneración de las fibras musculares con    infiltrado inflamatorio crónico, y en el caso de la dermatomiositis, presencia de rash o    del signo Gottron, usualmente establecen el diagnóstico de miopatía inflamatoria    idiopática. En los últimos años se han propuesto nuevos criterios adicionales que    incluyen la presencia de autoanticuerpos específicos de miositis como anti Jo-1, anti    Jo-2, anti MI-2, anti-SRP (12,13,14) y cambios inflamatorios musculares en la resonancia    magnética nuclear (14,15), artritis o artralgia, signos inflamatorios sistémicos    (fiebre, proteína C reactiva, VSG) y dolor o sensibilidad muscular (16).
La miopatía por hipokelamia resulta de    la anomalías en la polarización de la membrana producida por la administración de    glicirricina, diuréticos, anfotericina B, inhalación de flúor-prednisona,    carbenoxolona, purgantes, insulina, corticoides, etc., y en condiciones como    aldosteronismo primario, alcoholismo primario, enteritis subaguda, acidosis tubular renal    y nefropatía perdedora de potasio (17). La depleción moderada, puede ser asintomática,    en especial si se desarrolla lentamente; algunos pacientes se quejan de debilidad    muscular, a predominio de miembros inferiores. En los casos más intensos o agudos de    hipokalemia destaca una debilidad muscular marcada y generalizada, a veces con compromiso    de músculos respiratorios asociada a hipotonía y disminución o abolición de los    reflejos osteotendinosos; puede afectarse el músculo liso de tubo digestivo, dando lugar    a un íleo paralítico. La cratinfosfoquinasa está elevada y algunas veces se produce    mioglobinuria. En la biopsia muscular es característica la presencia de vacuolas en las    fibras musculares, principalmente en las de tipo 1 y en la microscopía electrónica se    observan varios tipos de vacuolas, degeneración miofibrilar y dilatación del retículo    sarcoplásmico (4,18,19). En el caso reportado, nuestra paciente presentó un cuadro    clínico de larga evolución caracterizado por miopatía proximal agudizada por la    adición de severas alteraciones electrolíticas que precipitaron la insuficiencia    respiratoria aguda, niveles elevados de enzimas musculares, patrón miopático en la    electromiografía semejantes al de la polimiositis; pero, los hallazgos de la biopsia    muscular, la mejoría clínica y enzimática luego del inicio del tratamiento hormonal    fueron los que definieron el diagnóstico. La miopatía por hipotiroidismo primario, en    algunos pacientes, puede simular una polimiositis con cuadro clínico nivel de elevación    de enzimas y cambios electromiográficos semejantes; siendo la biopsia muscular y la    respuesta al tratamiento hormonal las que diferencian una de la otra.
 
 









En la segunda mitad de la pubertad, los niveles son más elevados en la noche que durante el día. Durante la pubertad, los aumentos de testosterona y estradiol circulante también inducen a una secreción mucho más alta ( de 1,5 a 3 veces más ) de la hormona de crecimiento.
Por el contrario, a medida que envejecemos también se reducen nuestros niveles de testosterona.