La mayoría de las guías de práctica clínica destacan que
informar correctamente debe ser el primer paso en todo
paciente con fi bromialgia. Una guía alemana publicada en
200830 (de carácter multiprofesional y en la que también
participaron asociaciones de pacientes) destaca que, a pesar
de que el nivel de evidencia basado en ECA es limitado, informar
a los pacientes sobre el diagnóstico y las posibilidades
terapéuticas debe tener el grado máximo de recomendación
porque: a) desde la perspectiva del paciente el diagnóstico
de fi bromialgia a menudo sirve para acabar con un largo
periodo de incertidumbre y desinformación y una frustrante
odisea a través del sistema sanitario; la información sobre
el diagnóstico se considera desde hace mucho tiempo un
derecho esencial de los pacientes; b) desde la perspectiva del
médico existe la obligación ética de informar a los pacientes
sobre el diagnóstico y las posibilidades terapéuticas.
Hay un acuerdo prácticamente unánime en que los programas
de ejercicios físicos deben ser uno de los tratamientos
básicos en todos los pacientes.
Se deben valorar fundamentalmente 3 opciones:
a) Ejercicios aeróbicos. Utilizan grandes grupos musculares
involucrándolos en movimientos repetidos, con aumento
de la frecuencia cardíaca pero sin superar el umbral
anaeróbico (hasta 70-85% de la frecuencia cardíaca
máxima para la edad). Entre ellos se incluyen ejercicios
en carga (caminar, danza, etc.) y en descarga (bicicleta,
natación, etc.).
b) Ejercicios de fortalecimiento muscular. Pretenden mejorar
la fuerza, resistencia y potencia muscular realizando
contracciones musculares contra determinadas resistencias
como bandas elásticas, pesas o el propio peso
del paciente.
c) Ejercicios de estiramiento o fl exibilidad. Su objetivo es
mejorar la fl exibilidad muscular y de los tejidos blandos.
Se han publicado varias revisiones sistemáticas que analizan
la efi cacia de los programas de ejercicios, bien de forma
aislada31-33, combinados con otras formas de intervención34,35
o en el contexto de una revisión del conjunto de intervenciones
no farmacológicas36,37. Todas concluyen que hay evidencia
moderada-fuerte de que el ejercicio mejora algunos
parámetros de resultado. Probablemente la revisión de más
alta calidad metodológica es la publicada por la Colaboración
Cochrane, cuya última actualización se publicó en
200731. Incluye 34 ECA y concluye, con un nivel de evidencia
oro (véase www.cochranemsk.org), que el ejercicio aeróbico,
de forma aislada y practicado a los niveles de intensidad
recomendada, tiene efectos positivos sobre la sensación global
de bienestar, la función física y, probablemente, el dolor
y la hiperalgesia. Para obtener los benefi cios señalados el
ejercicio debe prolongarse al menos 12 semanas. Varios ECA
sugieren que los ejercicios de fortalecimiento pueden producir
también mejoras signifi cativas, pero se precisan más
estudios. Hay pocos datos sobre la utilidad de los ejercicios
de fl exibilidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Puede dejar su comentario , en breve le responderemos....
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.