sábado, 31 de enero de 2015

ANOREXIA SEXUAL - PERDIDA DEL DESEO













La anorexia sexual es un trastorno de disfunciones de la vida erótica, como la inhibición del deseo, deseo sexual hipoactivo y ciertas formas de disritmia sexual,
Aunque el término, por su origen alimentario, se refiere al apetito sexual y a la pérdida del mismo,  la expresión debe ser dirigida hacia la inhibición del deseo y deseo sexual hipoactivo, donde la ansiedad placentera por erotizarse se ve anulado.
 
Las causas pueden ser varias, desde cosas orgánicas hasta factores de la dinámica de relación de pareja, pasando por rasgos de la personalidad, entre otros.
 
De acuerdo con el portal Entre Mujeres, este trastorno es un cuadro que padecen aproximadamente cuatro de cada diez mujeres y tres de cada diez hombres.
 
La convicción, es decir las ideas y pensamientos,  de que el sexo no es una experiencia placentera, sino que es vivido como algo traumático y repulsivo es el componente que distingue a la anorexia sexual y no el miedo, como podría creerse.  
 
Ante ello, el cuerpo pierde la sensibilidad y rechaza todo estímulo erótico que pudiera perturbarlo. 
 
Los factores más comunes son vergüenza, culpa, vivir el sexo como algo malo, desconocimiento del propio cuerpo y conductas agresivas del compañero sexual.
 
Los “anoréxicos sexuales” suelen acostumbrarse a usar estrategias para evitar los encuentros, como acostarse más temprano, descuido del aspecto externo, tener exceso de actividades familiares, amistades o al cuidado de hijos o nietos. 
 
La anorexia sexual puede relacionarse a enfermedades como depresión, hipotiroidismo, trastornos obsesivos o trastorno por estrés postraumático, especialmente como resultado de abuso o violación o cirugías mamarias.
 
Generalmente, los afectados tienen rasgos de personalidad similares a la anorexia nerviosa (trastorno de la alimentación): pensamiento perseverante, preocupaciones obsesivas, rigidez en el comportamiento, pobreza en la expresión emocional, tendencia a la autoexigencia, cuerpo vedado a las experiencias placenteras, antecedentes de sobreprotección familiar, entre otras.

¿Qué hacer?
  • Descartar enfermedades relacionadas.
  • Evitar pensamientos que alejen las fantasías.
  • Usar técnicas de relajación para controlar la ansiedad.
  • Tener contacto con el cuerpo para recuperar sensaciones placenteras.
  • Comunicar lo que te sucede a tu pareja.
  • En lugar de evitar el encuentro, hay que afrontarlo sin contacto genital al principio.
  • Aprender técnicas para modificar la imagen personal. 
 

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