viernes, 6 de marzo de 2015

Importancia clínica de la proteinuria en Diabetes Mellitus

Revisiones:

 
 
Justificación: Ante la creciente incidencia de Diabetes Mellitus en la población joven, y en vista del pobre nivel de control metabólico alcanzado mundialmente para dicha enfermedad, es necesario encontrar métodos sencillos, prácticos y a nuestro alcance, para detectar en forma muy temprana la aparición de las complicaciones crónicas propias de la Diabetes. Así se lograría evitar, ó al menos enlentecer, la evolución natural de una enfermedad muy limitante para quien no conoce lo suficiente de cómo vivir con ella, o una vez advertido y debidamente instruido en sus implicaciones, hace caso omiso de lo que se recomienda. Objetivo: Revisar la más reciente evidencia de utilidad y disponibilidad de los distintos métodos de evaluación de la albuminuria, para mejorar el abordaje del paciente diabético, con o sin nefropatía.
Metodología: Revisión bibliográfica de publicaciones de los últimos 10 años.
Conclusiones: 1) A todo paciente DM Tipo 1 luego de 5 años de ser diagnosticado y a todo paciente DM tipo 2 al momento del diagnóstico, debe realizársele medición de proteinuria. 2) Las tiras reactivas para determinar la micro y macroalbuminuria son confiables en relación con la medición de la orina de 24 horas. 3) Los factores más importantes dentro de la evolución de la nefropatía diabética y que exigen un agresivo manejo son: un buen control metabólico y el manejo antihipertensivo. 4) Los otros factores son importantes, pero su intervención es discutible.
Descriptores
Diabetes Mellitus, Nefropatía Diabética, Albuminuria, Insuficiencia Renal.
 
Recibido: 03 de julio de 2000
Aceptado: 24 de abril de 2001
 
Albuminuria, es definida como la excreción urinaria de albúmina (EUA) sobre el valor normal (> 30 mg/24 h).1
Dicho parámetro se ha constituido en el principal marcador para detectar la presencia de nefropatía diabética (ND) en forma incipiente, además de ser uno de los factores de riesgo para enfermedad cardiovascular.2-10
La Diabetes Mellitus (DM) es la principal causa de enfermedad renal terminal en Estados Unidos, Europa y Costa Rica (comunicación personal. Mata O, 1999), y esta conlleva a una alta morbilidad y mortalidad, con costos económicos que exceden los $2 billones anualmente.11,12
La principal medida para su adecuado manejo es la prevención. La medición de la proteinuria constituye una valiosa ayuda para el adecuado abordaje y manejo del paciente diabético, con el fin de prevenir el progreso hacia la insuficiencia renal. La presencia de proteinuria refleja lesiones glomerulares, ya que es el sitio encargado de realizar el ultrafiltrado de plasma, aunque también puede tener un origen a nivel tubular. El aumento de la permeabilidad a macromoléculas como proteínas se acompaña de inflamación tubulo-intersticial que lleva a un deterioro progresivo de la función renal.
 
Historia natural y epidemiología de la nefropatía diabética
Para hablar de la proteinuria se requiere conocer la historia natural de la ND. Cerca del 20 al 30% de los pacientes DM tipo 1 ó 2 desarrollan evidencia de ND.11. Estudios epidemiológicos en los indígenas Pima demuestran que la microalbuminuria se presentó en el 8% de aquellos con glucosa normal, en el 15% de aquellos con intolerancia a la glucosa y en el 47% de aquellos con DM.13
En los pacientes DM tipo 1, la microalbuminuria típicamente se detecta entre los 5 y 10 años de inicio de la enfermedad.12 Sin ninguna intervención específica, el 80% de ellos tiene una tasa de incremento de la EUA del 10 al 20% por año, y progresaron hacia una nefropatía abierta (albuminuria > de 300 mg/24 h) en un período de 10 a 15 años.
Sin intervención terapéutica, los pacientes con nefropatía abierta comienzan a disminuir su filtración glomerular (FG) con una variabilidad individual de 2-20 ml/min/año.
La enfermedad renal terminal (creatinina > 1,5mg/dl y aclaramiento de creatinina < del 80% del predicho o < de 10 ml/min) se desarrolla en el 50% de los diabéticos con nefropatía abierta en un período de 10 años y en el 75% a los 20 años después de efectuado el diagnóstico de DM.11
En relación con los DM tipo 2, una alta proporción (50%) puede tener microalbuminuria o aún nefropatía abierta, luego de corto tiempo del diagnóstico, ya que el inicio de la DM 2 es insidioso. Además, pueden tener hipertensión arterial asociada al momento de la presentación de la DM.11,12 Sin intervención especifica, del 20 al 40% de los pacientes con microalbuminuria progresan hacia nefropatía abierta; 20 años después del inicio de ésta, solo el 20% progresa hacia enfermedad renal terminal.11 La caída de la FG tiene variabilidad individual, pero puede no diferir sustancialmente de lo visto en DM tipo 1.
 
Investigación de la proteinuria
En los pacientes DM tipo 1 la proteinuria se debe investigar, idealmente, luego de la pubertad o después de 5 años de iniciada la enfermedad. En los DM tipo 2 se les debe investigar ésta desde el momento del diagnóstico, por las razones antes expuestas.11
La investigación se puede realizar por medio de dos métodos confiables que dan resultados comparables entre sí (Cuadro 1): 1) medición de la proteinuria en una muestra de orina tomada al azar; 2) medición de la proteinuria en una orina de 24 hrs, con medición simultánea del aclaramiento de creatinina.

La literatura mundial aconseja otros métodos adicionándoles: 1) la orina minutada y 2) la relación albúmina/creatinina. No obstante han recibido mejor aceptación los mencionados anteriormente, por su confiabilidad y su fácil realización, sobre todo el tomar una sola muestra de orina por la mañana. Además, la literatura internacional ha resaltado la equivalencia en los resultados de estos dos métodos principalmente en el manejo de la macroalbuminuria.
Las mediciones de la proteinuria tienen variaciones individuales, por lo que se deben recolectar 2 valores anormales dentro de un período de 3-6 meses para afirmar su diagnóstico.11,12,14

Existen condiciones que pueden producir microalbuminuria transitoria: 1) hiperglicemia de corto tiempo, no controlada; 2) ejercicio intenso; 3) infección de vías urinarias, 4) hipertensión arterial no controlada, 5) insuficiencia cardíaca congestiva y 6) enfermedades febriles agudas.
La evaluación de la proteinuria se puede realizar en forma anual inicialmente por medio de la tirilla, (el test Dipstick o Diastik), que detecta la albuminuria > de 300 mg/día. Este método se ha comparado con la orina de 24 horas y tiene una sensibilidad del 100% y una especificidad del 95,7%. Además, es fácil de realizar en el consultorio y su costo es bajo.12-15
Si el Dipstick es positivo y se han descartado los factores que puedan alterar el resultado como anteriormente se expuso, se puede llegar al diagnóstico de nefropatía abierta. Si el Dipstick es negativo, hay que determinar la presencia de microalbuminuria.
La microalbuminuria se puede realizar por la tirilla "Micral test II". Hay varios estudios en los que se ha demostrado su sensibilidad y especificidad, comparándola con la recolección de orina de 24 h. Este método se basa en una gama de colores (A-D) que representan diferentes valores16 (Cuadro 2).

Para el punto de 20 mg/l hay una sensibilidad del 96,7% y una especificidad del 71%. El valor predictivo negativo fue de 0,95 y el positivo de 0,78, con un 52% de prevalencia de positividad en las muestras.16
Junto con la detección de microalbuminuria con el "Micral test II" se debe así mismo descartar las posibles alteraciones transitorias y repetir el método cada 3 ó 6 meses. Si es positivo en 2 ocasiones distintas, ello hace el diagnóstico de microalbuminuria y se debe iniciar el tratamiento.
Todas estas pruebas cualitativas se deben confirmar con métodos específicos. El seguimiento de estos pacientes debe de ser mínimo 2 veces al año, con el propósito de vigilar la respuesta al tratamiento.
 
Fisiopatología y factores de riesgo
Para el desarrollo de la ND probablemente se requiera la presencia de varios factores.
Hiperglucemia: La evidencia que respalda el papel de la hiperglucemia en la patogénesis de la ND, deriva del estudio del Diabetic Control and Complications Trial (DCCT),17 que demostró cómo la terapia intensificada con insulina (HbA1c < 7%) disminuyó en un 50% el desarrollo de la ND.
Estudios más recientes, como el United Kingdom Prospective Diabetes Study (UKPDS) en DM tipo 2,12,13 evidencian una disminución del 29% de la microalbuminuria y del 39% de riesgo para la proteinuria.
Otras ventajas del control glucémico se han evidenciado en el Stockholm Interventión Study y el estudio de Kumamoto.11
Fisiopatológicamente, la hiperglucemia puede inducir en forma directa la expansión mesangial, ya sea incrementando la producción de la matriz mesangial, o por la glicosilación de las proteínas de la misma o de las proteínas tisulares.
Existe una glicosilación inicial, que es una unión no enzimática covalente y luego se producen las formas avanzadas e irreversibles de glicosilación o productos finales, por medio de un efecto de rearreglo "Amadori"; estos últimos tienden a unirse al colágeno contribuyendo al desarrollo de la ND.
La hiperglucemia puede alterar la permeabilidad capilar, permitiendo el paso de proteína mediante la cápsula de Bowman, lo cual produce lesiones tóxicas tisulares, tanto por ellas mismas, como por los ácidos grasos que por su alta afinidad con la albúmina, viajan junto a ella.
La acumulación de lípidos en las células tubulares próximales es responsable de la hipoxia tisular. Toda esta injuria inicial provoca cambios inflamatorios que llevan finalmente a la fibrosis y cicatrización del túbulo e intersticio.
Como consecuencia de la acumulación de proteínas en cantidades excesivas en el fluído del túbulo proximal, se estimula la producción de endotelinas en el compartimento intersticial renal, en donde ejercen funciones inflamatorias y vaso activas. Estas moléculas tienen receptores en los fibroblastos, que además de la activación del factor de crecimiento Beta, llevan a la producción del componente de la matriz extracelular por el fibroblasto, especialmente por el colágeno tipo IV, laminina y fibronectina; al mismo tiempo se eleva la producción de citokinas mediadoras de la inflamación a partir de estas células y de las mismas células del epitelio tubular, contribuyendo a la fibrosis.
Hipertensión arterial: En los DM tipo 1 la hipertensión arterial generalmente es evidente al tiempo del desarrollo de la microalbuminuria, y en los DM tipo 2 puede estar presente al momento del diagnóstico. La hipertensión sistólica o distólica acelera la progresión de la ND y el agresivo tratamiento antihipertensivo es capaz de disminuir el promedio de la caída de la FG.
En el UKPDS,18-21 se documentó una reducción significativa en todos los puntos finales relacionados con la DM en un 24%, un 32% de las muertes relacionadas con DM y un 37% de las complicaciones microvasculares (95% IC 11-56% p =0,0092),20,21 en normotensión.
En la fisiopatología de la ND puede contribuir la hiperfiltración glomerular en donde la proteinuria juega un papel importante, aunada a la hiperglucemia.
La hipótesis de la hiperfiltración glomerular se ha tomado como uno de los factores de progresión de la enfermedad renal; pero en estudios recientes no se ha visto una relación lineal entre estos factores, pues aún pacientes sin hiperfiltración progresan hacia el deterioro renal, y pacientes con hiperfiltración no necesariamente progresan hacia la nefropatía abierta mientras otros factores, como el pobre control metabólico,22,23 juegan un papel más importante en dicho deterioro.
Existe también la asociación entre historia familiar de hipertensión arterial (HTA) y el desarrollo subsecuente de hipertensión y proteinuria.
La hipertensión glomerular puede ocurrir independientemente de la HTA sistémica, y probablemente resulte en la disminución de las resistencias vasculares intrarrenales. En estudios experimentales, se asocia la vasodilatación de la arteriola aferente y vasoconstricción de la arteriola eferente en etapas iniciales, lo cual produce estrés con hipertensión glomerular. Desde hace tres décadas H. Keen, dijo que: "existen dos malas compañías para la diabetes: hipertensión e hiperglucemia", ambas asociadas con la microalbuminuria. El UKPDS18-21 extendió estas malas compañías, incluyendo la dislipidemia y el fumado.
En un estudio de los DM tipo 219,20,24 se pudo documentar que existen tres factores de riesgo importantes para el desarrollo de la ND estos son: presión arterial media > de 95mmhg; HbA1c > del 9% y colesterol > de 203mg/dl; donde su relación de riesgo fue de 43 (95% IC 25-106 p< 0,01); el riesgo para el progreso hacia la microalbuminuria durante el seguimiento fue de 18 (95% IC 11-33, p=0,01) en relación con los de poco riesgo. Escasos niveles de HDL-colesterol, el cigarrillo y bajo estrato socioeconómico en los varones, estuvo asociado con el desarrollo de la ND.24
Enfermedad cardiovascular: La microalbuminuria es un indicador temprano de la progresión de la enfermedad renal y la mortalidad cardiovascular en DM.3-5 La presencia de microalbuminuria también incrementa 15 veces más el riesgo de mortalidad cardiovascular.3,13,25 La macroalbuminuria se ha asociado con un aumento del riesgo de mortalidad cardiovascular, 37 veces más que la población general y 4,7 veces más que en diabéticos con normoalbuminuria.10
En DM tipo 2, la microalbuminuria predice la alta tasa de mortalidad por enfermedad arterial coronaria. Pacientes DM tipo 1 con nefropatía abierta desarrollan extensa enfermedad aterosclerótica. Todo paciente con DM tipo 1 ó 2 > 35 años de edad con la presencia de microalbuminuria persistente o nefropatía abierta, amerita un adecuado examen cardiológico.25
Sin embargo, la microalbuminuria no es un factor de riesgo independiente para todas las causas de morbimortalidad por enfermedad coronaria. En DM tipo 2 es atribuible a los efectos de otros factores de riesgo cardiovascular5 como: sexo masculino, enfermedad coronaria previa, Hb A1c > 8%, hipercolesterolemia y fumado.
Entre los varones libres de enfermedad coronaria de base, los factores de riesgos independientes de la morbi-mortalidad por ésta fueron: el fumado, hipertensión diastólica e hipercolesterolemia.
La microalbuminuria precede a la enfermedad coronaria, aunque no se puede excluir la posibilidad que esta pudiera ya estar presente en forma subclínica en dichos pacientes. En DM tipo 1, la microalbuminuria se ha asociado con cardiopatía isquémica silente.
Dado que la microalbuminuria precede el desarrollo de nueva enfermedad coronaria y la persistencia de esta precede el desarrollo de microalbuminuria en el varón diabético tipo 2, se piensa que puede ser el resultado de un determinante común de injuria vascular.
La hipótesis que relaciona la enfermedad coronaria y microalbuminuria, incluye: "insulinoresistencia", aumento de la permeabilidad vascular, disfunción endotelial y alteraciones en la aterogenicidad de las partículas lipoproteicas ante la presencia de hiperglucemia.
Retinopatía: Se ha relacionado la ND con el grado de retinopatía diabética, de tal manera que cuando se evidencia nefropatía sin retinopatía, es poco probable que sea de etiología diabética.6
Se ha reportado que en los diabéticos tipo 2, la prevalencia de retinopatía varía de 47% a 63% en pacientes con proteinuria,6 sugiriendo esto que cerca del 30% de ellos tienen proteinuria de etiología no diabética, en donde la asociación más común es la glomerulopatía membranosa, en la cual el 12% de los pacientes presentó retinopatía.
Fumado: Es un fuerte predictor de la ND, siendo de tres a cuatro veces más común el desarrollo de ND en los pacientes que fuman, que en los que no lo hacen, presentando un riesgo intermedio aquellos pacientes que dejan de fumar.
Dislipidemia: Se ha asociado la presencia de dislipidemia con el riesgo de progresión de nefropatía incipiente a nefropatía abierta. La elevación del colesterol y triglicéridos en algunos estudios tienen un riesgo relativo de 1,4 (1,1–1,7) p < 0,05.26 En un estudio con estatinas (Simvastatina) se mostró una disminución de un 25% de la EUA en pacientes normotensos–microalbuminúricos.9
Susceptibilidad genética: En ambos tipos de DM hay evidencias que sugieren la susceptibilidad genética, la cual aumenta la posibilidad de desarrollo de ND, en pacientes cuyos hermanos o padres la hayan presentando.
En los indígenas Pima la proteinuria ocurrió en un 14% de los descendientes sin ningún pariente con ND en un 23% si uno de los padres tenía ND, y en un 46% si ambos padres la tuvieron.12,13
El gen de la enzima convertidora de angiotensina puede contribuir a la susceptibilidad genética y al polimorfismo, inserción/delección de dicho gen, puede modular la respuesta de la progresión de ND en los DM tipo 1, como se evidenció en el EURODIAB,7,8 La distribución genotípica fue del 15% II, 58% ID y el 27% DD; encontrando que el tipo II tuvo mayor progresión de la excreción urinaria de albúmina y fue el grupo que tuvo más respuesta al Lisinopril.
Dieta: En cuanto a la dieta, el efecto de la restricción de proteínas a un valor aproximado de 0.7 g/Kg/día, ha tenido un efecto modesto sobre el retardo de la caída de la FG. Pudiera restringirse a 0,8 g/Kg/día, aportando así el 10% de las calorías diarias en pacientes con nefropatía abierta.11,13
En vista de todo lo antes expuesto, se desprenden acciones básicas en cuanto al manejo de los pacientes:
• Estricto control glucémico ya documentado en el DCCT, el UKPDS. En este último se presentó igual disminución del riesgo de complicaciones microvasculares utilizando insulina, sulfonilureas o metformina.17-19
• Control de la HTA, tratando de alcanzar una tensión sistólica menor de 130 mmHg y diastólica menor de 85 mm Hg, y en los hipertensos sistólicos > de 180 mmHg, inicialmente reducir su tensión arterial a < de 160 mm Hg y buscar una disminución en 20 mm Hg si la tensión sistólica está entre 160-179 mm Hg.11 Se comprobaron iguales efectos benéficos sobre las complicaciones micro y macrovasculares con el uso del captopril y atenolol.21 El efecto en microalbuminúricos y normoalbuminúricos obedece básicamente a las disminuciones aún ligeras en la presión arterial.
Luego de esta revisión podría concluirse que: a) a todo paciente DM tipo 1, luego de 5 años de haber sido diagnosticado, y a todo paciente DM tipo 2 al momento del diagnóstico, se le debe realizar la medición de proteinuria. b) Las tiras reactivas para determinar la micro y macroalbuminuria son confiables en relación con la orina de 24 h. c) Los factores más importantes dentro de la evolución de la nefropatía diabética y que exigen un agresivo manejo son: un buen control metabólico y el manejo antihipertensivo.
 
Abstract
Background: Due to the growing incidence of Diabetes Mellitus in a younger population, and in view of the poor level of metabolic control reached worldwide for this illness, it is necessary to find simple and practical methods, within our reach, in order to detect the appearance of the chronic complications of Diabetes in very early stages to avoid or at least slow down the natural evolution of them.
Aim: To review the most recent evidence of the utility and readiness of different methods to evaluate albuminuria, in order to improve the approach of the diabetic patient, with or without nephropathy.
Methodology: Bibliographical review of publications of the last 10 years.
Conclusions: a) All patient with DM type 1, 5 years after their diagnosis and all diabetic patient type 2 at the moment of the diagnosis should have a measurement of their proteinuria. b) The reactivate strips to determine the micro and macro-albuminuria are reliable and correlate well with the meansurement of albuminuria in a 24 hours orine. c) The most important factors that inside in the evolution of the diabetic nephropathy and that demand an aggressive management are: a good metabolic control and the control of the blood presure.
 
Referencias
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Abreviaturas:
ND, Nefropatía Diabética; DM, Diabetes Mellitus; HTA, Hipertensión Arterial; FG, Filtración Glomerular; EUA, Excreción urinaria de albúmina; DCCT, Diabetes Control and Complications Trial; UKPDS, United Kingdom Prospective Diabetes Study; HbA1c.
 
1 Servicio de Medicina Interna, Hospital México.

miércoles, 4 de marzo de 2015

CEFALEA POSTURAL E HIPOTENSIÓN POSTURAL ESPONTÁNEA

INTRODUCCION

La hipotensión intracraneal espontanea (HIE) es una entidad poco conocida pero de creciente descripción en los últimos tiempos. Se caracteriza por cefalea postural asociada a una baja presión del liquido cefalorraquídeo (LCR) (18).
La cefalea postural secundaria a baja presión intracraneal es un cuadro bien conocido en la práctica neuroquirúrgica. Esta, frecuentemente sigue a una punción lumbar, craneotomía, cirugía espinal o trauma (craneal o espinal) y se asocia con otorrea y rinorrea. También se encuentra como resultado del exceso de drenaje del LCR a través de una derivación ventrículoperitoneal (6).
El cuadro de HIE, por definición, no se asocia a ninguna de las entidades antes señaladas, aunque eventos precipitantes e inocuos como estornudos, tos, coito, caídas menores o esfuerzos en relación a la práctica de deportes son frecuentemente referidos. De los casos reportados hasta la fecha, se puede deducir que afecta más a mujeres que a hombres y que la mayoría de los pacientes se encuentra entre la tercera y cuarta década de la vida (17).
La HIE fue primariamente descrita por Schaltenbrand (neurocirujano alemán) en 1938. El propuso tres posibles mecanismos causales: 1.- aumento de la absorción del LCR, 2.- disminución de la producción y 3.- pérdida del LCR. En la actualidad, existe muy poca evidencia que avalen los dos primeros mecanismos, más aun se considera que prácticamente todos los casos de HIE son provocados por pérdida espontánea de LCR (5).
Las causas de la cefalea postural pueden ser divididas en dos grandes categorías: espontáneas y adquiridas (Tabla I).

TABLA I
CAUSAS DEL SINDROME DE CEFALEAS POSTURALES

I. Espontánea: HIE
II. Sintomática: a.- Punción lumbar

b.-Traumática: cabeza o columna

c.- Postquirúrgica: craneotomía, craniectomía, cirugía espinal, etc.

d.- Asociada con otras enfermedades; deshidratación, coma diabético, uremia, etc.
El objetivo de esta revisión consiste en reconocer a la HIE como una entidad clínica y radiológica característica que permita al neurólogo y neurocirujano su fácil identificación y aproximación diagnóstica y terapéutica.

CUADRO CLINICO

La HIE se caracteriza clínicamente por cefalea postural. Esta es definida por la Sociedad Internacional de Cefalea como aquella que ocurre o empeora en menos de 15 minutos después de asumir la bipedestación y desaparece o mejora en menos de 30 minutos después de tomar la posición horizontal (Tabla II) (9). Normalmente, la cefalea es de localización fronto-occipital y puede estar presente por semanas a meses antes del diagnóstico.

TABLA II.
CARACTERISTICAS DE LA CEFALEA POR HIPOTENSION DE LCR

  1. Cefalea caracterizada por agravación en la bipedestación y alivio con el decúbito horizontal.
  2. La cefalea se asocia frecuentemente con síntomas como náuseas, vómitos, fotofobia, mareo, anorexia y decaimiento.
  3. El examen físico puede mostrar leve rigidez de nuca y compromiso del VI nervio craneal (uni o bilateral).
  4. La punción lumbar frecuentemente revela una baja presión de apertura del LCR en decúbito lateral (menor a 60 mm H20).
La causa de esta cefalea se piensa es debida a la tracción de estructuras encefálicas sensibles al dolor como meninges y vasos craneales, más que a la disminución de presión del LCR (14). Es interesante notar que el cerebro pesa 1500g en el aire y solo 48g mientras flota en el LCR (5). Además se asocian otros síntomas como nauseas, vómitos, dolor o tensión cervical, diplopía horizontal (por compresión del VI nervio) (4), fotofobia, alteraciones de la audición, y visión borrosa.
Las alteraciones visuales más comúnmente descritas son oscurecimientos transitorios, visión borrosa y restricción del campo visual periférico mayormente en el cuadrante nasal superior. Esto podría atribuirse a compresión del quiasma, nervio óptico o alteraciones de la irrigación de estas estructuras (8). Los síntomas auditivos (como hiperacusia y tinitus) podrían deberse a disminución de presión del laberinto interno, produciendo falla en la transmisión de los sonidos. Toda esta sintomatología cede con el tratamiento adecuado del HIE. También es necesario señalar que en este cuadro se observan con frecuencia colecciones subdurales de fluido y descenso de las amígdalas cerebelosas (Chiari I) pero son absolutamente secundarios a la "caída" del cerebro por la disminución de presión del LCR y su tratamiento es el de la HIE (2).

ETIOLOGIA

La causa más frecuente de HIE es la ruptura de la aracnoides con salida de LCR hacia el espacio subdural o epidural (10, 19). Estas fístulas se producen por: 1- ruptura de las vainas de las raíces de los nervios espinales (ruptura de la dura) y 2- pequeños defectos en las meninges como quistes epidurales o divertículos aracnoidales. La mayor parte de ellos se localiza a nivel torácico(11). Sin embargo, en muchos de los pacientes que son tratados en forma quirúrgica, no se logra identificar el divertículo a pesar de haberse localizado el nivel de la fístula por medios radiológicos (16).
Se ha descrito también la asociación de divertículos espinales con enfermedades hereditarias del tejido conectivo tales como el síndrome de Marfan, síndrome de Ehler Danlos y osteogénesis imperfecta, además ha sido reportado la presencia de desprendimiento espontáneo de retina en algunos pacientes (5). Si una anormalidad del colágeno o la elastina contribuye al desarrollo de una fístula espontánea de LCR permanece por esclarecerse.

DIAGNOSTICO

El cuadro de HIE se caracteriza por el contraste difuso de paquimeninges en RNM contrastada y por la obtención de un LCR con baja presión de apertura, con proteinorraquia y frecuente pleocitosis. En resumen los hallazgos son:

A.- Líquido Cefalorraquídeo:

La presión de apertura del LCR se encuentra disminuída y puede llegar a ser no medible (menor a la atmosférica) según los diferentes estudios entre un 50 a 95% de los casos (< a 60 mm H2O). Sin embargo, es necesario destacar que hay pacientes que pueden tener una presión de apertura normal y tener un síndrome característico desde el punto de vista clínico-radiológico (11). Esto puede deberse a que la pérdida de LCR podría ser intermitente. Por esto, no existe unanimidad acerca de si es necesario demostrar una presión baja de apertura para certificar el diagnóstico, aunque es recomendable (15). También se observa en forma frecuente pleocitosis entre 5 y 40 cel/mm3. La proteinorraquia esta presente en prácticamente todos los pacientes, generalmente entre 70 y 200 mg/dl. Estos hallazgos se interpretan como fenómenos de concentración del LCR por los cambios en las presiones oncótica e hidrostática. Los estudios de glucosa, bacteriológicos, serológicos y citológicos son siempre normales.

B.- Resonancia Magnética:

En la Clínica Mayo, Morki y col. en 1991 fueron los primeros en describir los cambios que se producen en la RNM en relación a la HIE. Las alteraciones consiste en:
  1. Contraste difuso de paquimeninges.
  2. Colecciones subdurales de fluido.
  3. Descenso del cerebro.
En la RNM en T1 con gadolinio se observa, en el 100% de los pacientes, un contraste de las paquimeninges lineal, grueso, uniforme, no nodular e ininterrumpido. Ubicado supra e infratentorial, en la convexidad de cerebro y cerebelo, además de la falx y el tentorio. Esto podría deberse a dilatación venosa dural que acompaña a la disminución del volumen del LCR (6). Existen reportes que afirman que esta forma de contraste puede darse en forma secundaria a una punción lumbar por lo que la RNM debería ser el primer exámen a realizarse (1).
Las colecciones subdurales son laminares, bilaterales en su mayoría, localizadas en las convexidades y se presenta entre el 50 y 70% de los casos.
El descenso de tronco y cerebro se reconoce por el descenso tonsilar (Chiari I), disminución de la cisterna prepontina, desplazamiento inferior del quiasma, disminución de las cisternas subaracnoidales. Una técnica útil es medir el descenso del iter (apertura del acueducto de Silvio) con respecto a la línea incisional (aquella que se establece entre el tubérculo selar anterior y el punto de confluencia del seno sagital inferior, el seno recto y la gran vena de Galeno).

C.- Cisternografía Radioisotópica y Mielografía con TC:

La capacidad de la mielografía con TC para detectar una fístula de LCR (sensibilidad aproximada al 70%) es superior a la de la cisternografía y RNM. No obstante, la cisternografía puede hacerse en un primer momento para delimitar la zona de la fístula previo al Mielo-TC.
En resumen, algunas de las claves de la sospecha diagnóstica deberían ser:
  1. Desaparición de la cefalea (o notable alivio) al acostarse.
  2. Resultados negativos de los cultivos del LCR
  3. Contraste en la RNM limitado a paquimeninges.
  4. Evidencia de descenso del cerebro.
  5. Evidencia de colecciones subdurales.
  6. Apariencia saludable del paciente durante el reposo acostado.

HISTOPATOLOGIA

La serie de 10 biopsias meningeas realizadas en el estudio de la Clínica Mayo demostró fundamentalmente: proliferación de fibroblastos y vasos sanguíneos de pared delgada en una matriz amorfa ubicado en la cara subdural la duramadre (11). Sin evidencia de inflamación o hemorragia. La leptomeninge subyacente demostró solo un mínimo incremento de colágeno sin rasgos de inflamación o de aumento de la vascularidad.
Las colecciones subdurales de fluido, el contraste de paquimeninges y los fenómenos de reacción meningea con hiperplasia de células aracnoidales y de elementos de tejido conectivo no inflamatorio se consideran secundarias a un descenso de la presión hidrostática del cerebro con la consiguiente tracción de estas estructuras.

DIAGNOSTICO DIFERENCIAL.

Este cuadro sitúa al clínico y al cirujano frente a un desafío diagnostico importante. Muchos de los pacientes son referidos porque existe duda diagnóstica de:
  1. Carcinomatosis meníngea,
  2. Infección meníngea indeterminada o
  3. Enfermedad granulomatosa o inflamatoria.
Por lo tanto la HIE es un cuadro fundamentalmente de exclusión, en el cual estas patologías deben ser razonablemente descartadas según criterios clínicos, radiológicos y de laboratorio (1,11).
Es importante señalar que cuadro de contraste de paquimeninges en la RNM, se encuentra también en: infecciones o infiltraciones meningeas, después de craneotomía o craniectomía, neurosarcoidosis, posterior a hemorragia subaracnoidea, quimioterapia intratecal, o derivación de LCR. Por lo tanto el uso de RNM contrastada es exquisito para detectar alteraciones meningeas pero altamente inespecífico.

EVOLUCION Y TRATAMIENTO

Este cuadro usualmente se resuelve en forma espontanea dentro de 2 semanas a varios meses (12). Por lo tanto, el tratamiento inicial es sintomático. Consiste en reposo en cama con decúbito horizontal estricto, hidratación abundante, cafeína 1 mg/6h (VO), y uso de analgésicos y drogas esteroidales con respuesta variable.
Sin embargo, si la cefalea postural persiste, una terapia definitiva debe ser iniciada: la primera aproximación es el uso de parche de sangre a nivel lumbar (3). Se usan 15-20 ml de sangre autóloga que se inyecta en el espacio epidural. Esta se puede extender hasta 8 o 10 segmentos espinales del sitio de colocación (12) y podría subir más si al paciente se le coloca 30º con la cabeza bajo la horizontal durante 30 minutos (13). Para evaluar la efectividad del procedimiento se deben esperar como mínimo 24 horas. La actividad fibroblástica ocurre dentro de ls 48 horas, el depósito de colágeno en 2 semanas y la formación de la cicatríz en dos meses (19)
En caso de falla, se puede realizar un segundo intento o bien tratar de localizar el sitio de la fístula con cisternografía o mielografía para realizar la colocación del parche cercano a la lesión (si es de localización cervical o torácica). Esto ha demostrado tener mayor efectividad en la resolución de los síntomas (5).
La indicación quirúrgica se reduce a aquellos casos en donde falla la aplicación de múltiples parches y en que se ha logrado demostrar radiológicamente el sitio de la fístula. A pesar de ello, la exploración quirúrgica muchas veces no logra encontrar el divertículo y, por lo tanto, la fuente clara de pérdida de LCR. No obstante, el recubrimiento que se realiza con músculo y materiales sintéticos otorga un excelente resultado (16).

CONCLUSIONES

La HIE es un cuadro de creciente diagnóstico en los últimos tiempos debido al desarrollo de la RNM. Presenta características clínicas y radiológicas singulares que permiten su sospecha y posterior diagnóstico dando paso a un tratamiento adecuado. La importancia de su reconocimiento radica en loe errores diagnósticos que se pueden cometer ante un cuadro semejante y el excelente pronóstico del mismo. Por último es necesario destacar la utilidad de la medición de presión de LCR durante toda PL.

REFERENCIAS

  1. Arjona, A., Ortiz, J., Blasco, M.,Saucedo, G. y col(s). Hipotensión intracraneal espontánea. Hallazgos radiológicos. Rev Neurol. 25: 1565-8, 1997.
  2. Atkinson, J., Weinshenker, B., Miller, G., Piepgras, D. y col(s). Acquired Chiari I malformation secondary to spontaneous spinal cerebrospinal fluid leakage and chronic intracraneal hypotension syndrome in seven cases. J Neurosurg. 88: 237-242, 1998.
  3. Benzon, H., Nemickas, R. Molloy, R., Ahmad, S. y col(s). Lumbar and thoracic epidural blood injections to treat spontaneous intracraneal hypotension. Anesthesiology. 85: 920-922, 1996.
  4. Berlit, P., Berg-Dammer, E., Kuehue, D. Abducens nerve palsy in spontaneous intracraneal hypotension. Neurology. 44: 1552, 1994.
  5. Davenport, R., Chataway, S.y Warlow, C. Spontaneous intracraneal hypotension from a CSF leak in a patient with Marfanís syndrome. J Neurol Neurosurg Psychiatry. 59: 516-519, 1995.
  6. Fishman, R.y Dillon, W. Dural enhancement and cerebral displacement secondary to intracraneal hypotension. Neurology. 43: 609-611, 1993.
  7. Hochman, M., Naidich, T., Kobetz, S. y Fernandez-Maitin, A. Spontaneous intracraneal hypotension. Neurology. 42: 1628-1630, 1992.
  8. Horton, J., y Fishman, R. Neurovisual findings in the syndrome of spontaneous intracraneal hypotensionfrom dural cerebrospinal leak. Ophthalmology. 101: 244-251, 1994.
  9. Marcelis, J. y Silberstein S. Spontaneous low cerebrospinal fluid pressure headache. Headache. 30: 192-196, 1990.
  10. Moayeri, N., Henson, J., Schaefer, P. y Zervas, N. Spinal dural enhancement on magnetic resonance imaging associated with spontaneous intracraneal hipotension. J Neurosurg. 88: 912-918, 1998.
  11. Morki, B., Piepgras, D. y Miller, G. Syndrome of orthostatic headache and diffuse pachymeningeal gadolinium enhancement. Mayo Clin Proc. 72: 400-413, 1997.
  12. Rando, T.y Fishman, R. Spontaneous intracraneal hypotension: Report of two cases and review of the literature. Neurology. 42: 481-487, 1992.
  13. Renowden, S., Gregory, R., Hyman, N. y Hilton-Jones, D. Spontaneous intracraneal hypotension. J Neurol Neurosurg Psychiatry. 59: 511-515, 1995.
  14. Sable, S., y Ramadan, N. Meningeal enhancement and low CSF pressure headache. An MRI study. Cephalalgia. 11: 275-6, 1991.
  15. Schievink, W., Meyer, F., Atkinson, J. y Morki, B. Spontaneous spinal cerebrospinal fluid leaks and intracraneal hypotension. J Neurosurg. 84: 598-605, 1996.
  16. Schievnik, W., Morreale, V., Atkinson, J., Meyer, F. y col(s). Surgical treatment of spontaneous spinal cerebrospinal fluid leaks. J Neurosurg. 88: 243-246, 1998.
  17. Schievink, W., Reimer, R. y Folger, N. Surgical treatment of spontaneous intracraneal hypotension associated with a spinal arachnoid diverticulum. J Neurosurg. 80: 736-739, 1994.
  18. Spelle, L., Boulin, A. y Pierot L. Spontaneous intracraneal hypotension: MRI and radionuclide cisternography findings. J Neurol Neurosurg Psychiatry. 62: 291-292, 1997.
  19. Weitz, S. y Drasner, K. Spontaneous intracraneal hypotension: A series. Anesthesiology. 85: 923-925,1996.

martes, 10 de febrero de 2015

Control de glucosa Nivel ideal de glucosa en sangre y HbA1c




Objetivo glucémico

Los niveles ideales de glucosa en sangre para cada niño se denominan objetivo glucémico. El propósito de establecer un objetivo de valores glucémicos es que el niño se encuentre bien y lleve un ritmo de vida normal para su edad.
Si los niveles de glucosa se encuentran en el nivel o franja ideal la mayor parte del tiempo, esto significa que la diabetes está bien controlada. 
El equipo de diabetes indicará los objetivos de glucemia de forma individualizada, tomando en cuenta las recomendaciones internacionales.
Parámetro Ideal
(sin diabetes)
ÓPTIMO Subóptimo Alto riesgo
(acción requerida)
En ayunas y antes de las comidas 65-100 90-145   >145  >160
Después de comer 80-126 90-180 180-250  >250
Hora de dormir 80-100 120-180 <120 nbsp="" o=""> 180-200 <80 nbsp="" o="">200
Nocturnas 65-100 80-160 <75 nbsp="" o="">160 <70 nbsp="" o=""> 200
Recomendaciones de la International Society for Pediatric and Adolescent Diabetes (ISPAD).

Nivel ideal de hemoglobina glicosilada (HbA1c)

La hemoglobina es una proteína que se encuentra dentro de los glóbulos rojos de la sangre, también llamados hematíes o eritrocitos y transporta el oxígeno a las células.
Durante el tiempo de vida del glóbulo rojo (aproximadamente 120 días), la glucosa que circula en la sangre se une a la hemoglobina. Esta unión se mide mediante la prueba llamada HbA1c.
El valor de HbA1c mide el porcentaje de hemoglobina unida a la glucosa y refleja el promedio de los niveles de glucosa en sangre durante los últimos 2 - 3 meses, por lo que el nivel de HbA1c dependerá de los niveles de glucosa en sangre.
Se ha demostrado que la prueba de HbA1c es la herramienta más útil para la evaluación del control glucémico. Ésta se realiza habitualmente cada 3 meses y se complementa con los registros de control de glucemia realizados cada día, obteniendo así un buen resumen de los últimos 3 meses.
El objetivo recomendado de HbA1c es 7% tanto en niños como en adolescentes con Diabetes tipo I. 
.


Parámetro Ideal
(sin diabetes)
ÓPTIMO Subóptimo Alto riesgo
(acción requerida)
HbA1c (%) <6 comment-6--="">  <7 comment-7--="">    7,5-9,0          > 9,0
Recomendaciones de la International Society for Pediatric and Adolescent Diabetes (ISPAD).

sábado, 31 de enero de 2015

Neumonía en adultos (extrahospitalaria)

Causas

La neumonía es una enfermedad común que afecta a millones de personas en los Estados Unidos cada año. Pueden causarla microbios llamados bacterias, virus y hongos.
Las formas en que se puede contraer esta enfermedad abarcan:
  • Las bacterias y virus que viven en la nariz, los senos paranasales o la boca pueden propagarse a los pulmones.
  • Usted puede inhalar algunos de estos microbios directamente hacia los pulmones.
  • Usted inhala alimento, líquidos, vómitos o secreciones desde la boca hacia los pulmones (neumonía por aspiración).
Sistema respiratorioLa neumonía causada por bacterias tiende a ser la más grave. En adultos, las bacterias son la causa más común de neumonía.
  • El microbio causante de neumonía más común en adultos es el Streptococcus pneumoniae (neumococo).
  • La neumonía atípica, con frecuencia llamada errante, es causada por otras bacterias.
  • La neumonía por Pneumocystis jiroveci algunas veces se ve en personas cuyo sistema inmunitario no está funcionando bien.
Muchas otras bacterias pueden causar neumonía.
Los virus también son una causa frecuente de neumonía, sobre todo en bebés y niños pequeños.
Los factores de riesgo que aumentan las probabilidades de contraer neumonía abarcan:
  • Enfermedad pulmonar crónica (
    , , ).
  • Fumar cigarrillos.
  • Demencia, accidente cerebrovascular, lesión cerebral, parálisis cerebral u otros trastornos cerebrales.
  • Problemas del sistema inmunitario (durante un tratamiento para el cáncer o debido a VIH/SIDA o trasplante de órganos)
  • Otras enfermedades graves, tales como , hepática o .
  • Cirugía o traumatismo reciente.
  • Cirugía para tratar cáncer de la boca, la garganta o el cuello.

Síntomas

Los síntomas más comunes de neumonía son:
  • (con algunas neumonías usted puede expectorar una mucosidad amarillenta o verdosa o incluso ).
  • Fiebre que puede ser leve o alta.
  • Escalofríos con temblores.
  • Dificultad para respirar (puede únicamente ocurrir cuando sube escalas).
Otros síntomas abarcan:
  • Confusión, especialmente en las personas de mayor edad.
  • Sudoración excesiva y piel pegajosa.
  • Dolor de cabeza.
  • , baja energía y .
  • Dolor torácico agudo o punzante que empeora cuando usted respira profundamente o tose.
  • Síndrome de la uña blanca
Síndrome de la uña blanca

Pruebas y exámenes

Si usted tiene neumonía, es posible que esté haciendo un esfuerzo para respirar o que esté respirando rápido.
El médico escuchará crepitaciones o ruidos respiratorios anormales al auscultar el tórax con el estetoscopio. También se pueden escuchar otros ruidos respiratorios anormales a través del estetoscopio o a través de una percusión (dar golpecitos con los dedos sobre la pared torácica).
El médico probablemente ordenará una radiografía del tórax si tiene sospechas de neumonía.
Usted puede necesitar otros exámenes, como:
Con menos frecuencia los pacientes pueden necesitar:
  • Broncoscopia: una sonda flexible con una cámara iluminada en su extremo que se baja por los pulmones.
  • Toracocentesis: extraer líquido del espacio entre el revestimiento externo de los pulmones y la pared torácica.

Tratamiento

El médico debe decidir primero si usted necesita o no estar en el hospital. Si a usted le brindan tratamiento en el hospital, recibirá:
  • Líquidos y antibióticos por vía intravenosa
  • Oxigenoterapia
  • Tratamientos respiratorios
Es muy importante que los antibióticos se empiecen poco después de ingresar al hospital (a menos que tenga neumonía viral).
Usted tiene mayor probabilidad de ser hospitalizado si:
  • Tiene otro problema de salud serio.
  • Tiene síntomas graves.
  • Es incapaz de cuidar de sí mismo en casa o es incapaz de comer o beber.
  • Es un niño pequeño o tiene más de 65 años.
  • Ha estado tomando antibióticos en casa y no está mejorando.
Sin embargo, muchas personas pueden tratarse en casa. El médico puede pedirle que tome antibióticos, los cuales ayudan a la mayoría de las personas con neumonía a mejorar.
  • No pase por alto ninguna dosis. Tómese el medicamento hasta que se acabe, aun cuando usted empiece a sentirse mejor.
  • No tome antitusígenos ni medicamentos para el resfriado a menos que el médico lo autorice. La tos ayuda al cuerpo a librarse de la flema de los pulmones.
Respirar aire caliente y húmedo ayuda a aflojar el moco pegajoso que puede hacerlo sentir como si se estuviera ahogando. Estas cosas pueden ayudar:
  • Póngase un pedazo de tela caliente y húmeda sobre nariz y boca sin hacer presión.
  • Llene un humidificador con agua caliente e inhale el vapor caliente.
  • Haga un par de respiraciones profundas dos o tres veces cada hora. Las respiraciones profundas le ayudarán a abrir los pulmones.
  • Golpéese suavemente el pecho unas veces al día y acuéstese con la cabeza más baja que el pecho. Esto puede ayudar a sacar la flema de los pulmones.
Tome bastantes líquidos (en tanto su médico lo autorice):
  • Beba agua, jugo o té claro.
  • Beba al menos de 6 a 10 tazas por día.
  • NO tome alcohol.
Descanse mucho cuando se vaya a su casa. Si tiene problema para dormir por la noche, haga siestas durante el día.

Pronóstico

Con tratamiento, la mayoría de los pacientes mejora al cabo de dos semanas. Los pacientes de edad avanzada o muy enfermos pueden necesitar tratamiento por más tiempo.
Las personas que tienen mayor probabilidad de tener neumonía complicada abarcan:
  • Adultos mayores o niños muy pequeños
  • Personas cuyo sistema inmunitario no trabaja bien
  • Personas con otros problemas médicos serios, como diabetes o cirrosis del hígado
En casos raros, se pueden desarrollar problemas más graves, como:
  • Cambios potencialmente mortales en los pulmones, que requieren un respirador
  • Líquido alrededor del pulmón (derrame pleural)
  • Abscesos pulmonares
Es posible que el médico quiera constatar que la radiografía del tórax vuelva a ser normal después de recibir el tratamiento.  Sin embargo, pueden pasar muchas semanas hasta que las radiografías se aclaren.

Cuándo contactar a un profesional médico

Consulte con el médico si presenta:
  • Tos que produce moco sanguinolento o de color mohoso
  • Síntomas respiratorios que están empeorando
  • Dolor torácico que empeora al toser o inhalar
  • Respiración rápida o dolorosa
  • Sudores nocturnos o pérdida de peso inexplicable
  • Dificultad para respirar, escalofríos o fiebre persistente
  • Signos de neumonía y un sistema inmunitario debilitado (por ejemplo, por VIH o quimioterapia)

Prevención

Lávese las manos frecuentemente, en especial después de:
  • Sonarse la nariz
  • Ir al baño
  • Cambiar pañales
Igualmente, lávese las manos antes de comer o preparar alimentos.
No fume, ya que el tabaco daña la capacidad del pulmón para detener la infección.
Las vacunas pueden ayudar a prevenir algunos tipos de neumonía y son incluso más importantes para los ancianos y las personas con diabetes, asma, enfisema, VIH, cáncer u otras afecciones crónicas:
  • Vacuna antigripal: previene la neumonía y otros problemas causados por el virus de la influenza. Se debe administrar anualmente para proteger contra nuevas cepas virales.
  • Vacuna antineumocócica (Pneumovax, Prevnar): reduce las probabilidades de contraer neumonía a causa del Streptococcus pneumoniae.
Si usted tiene cáncer o VIH, hable con el médico acerca de las formas de prevenir la neumonía y otras infecciones.

INFERTILIDAD . ESTUDIO EPIDEMIOLÓGICO.



Epidemiologic study of infertility: Report of the hospital centre of St. John, Porto

ISe realizó un estudio epidemiológico retrospectivo, observacional y descriptivo de las parejas que acudieron a la consulta de infertilidad en el Hospital de S. João, Porto entre 2005-2011, después de crearse una base de datos para este fin.
 

Resultados De las 1.660 parejas, el 69% pertenecían al distrito de Oporto. La mayoría tenía menos de 35 años (55%), un buen nivel de educación (74%), peso normal (55%), la ausencia de tabaquismo (83%), mayor consumo de alcohol (56%), la infertilidad primaria (74%) y factor masculino como la principal causa de infertilidad (44%). De 2.245 ciclos de tratamiento realizados, el 60% fueron por microinyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI), el 21% por fertilización in vitro, el 9% por diagnóstico genético de pre-implantación, el 9% por inseminación intrauterina y el 1% por inducción de ovulación. Las tasas de embarazo clínico fueron similares a la media europea (30%, 37%, 16%, 18% y 39%, respectivamente).
 

Conclusión Se observó que la edad del ovario, el consumo de tabaco y la obesidad no eran factores relevantes en la infertilidad. Por el contrario, los resultados evidencian la necesidad de una mayor concienciación de los efectos nocivos del consumo de alcohol. Predominaron la infertilidad primaria y el factor masculino por lo que en consecuencia el ICSI fue el método de tratamiento más utilizado.







Funcionamiento sexual en hombres y mujeres víctimas de abuso sexual en la infancia y en la adolescencia/adultez


Sexual functioning of men and women victims of childhood and adolescence/adulthood sexual abuse



Resumen

Objetivo Examinar la relación entre diferentes tipos de victimización sexual, y su severidad, y diversos aspectos del funcionamiento sexual (deseo, excitación/inhibición y satisfacción sexual) en hombres y mujeres. Se distinguió entre victimización sexual en la infancia (VSI), en la adolescencia/adultez (VSAA) y revictimización (VSI + VSAA), teniendo en cuenta la severidad del abuso (frecuencia de victimización sexual y contacto con o sin penetración).
Material y método Un total de 228 hombres y 333 mujeres con edades comprendidas entre 18 y 50 años, seleccionados incidentalmente entre la población general española, contestaron al Juvenile Victimization Questionnaire, el Sexual Experiences Survey, el Sexual Desire Inventory, el Sexual Inhibition/Excitation Scales-Short Form y el Global Measure of Sexual Satisfaction.
Resultados Quienes habían sufrido revictimización informaron de mayor deseo sexual solitario y mayor inhibición sexual relacionada con la dificultad para concentrarse durante las relaciones sexuales. Se observaron diferencias entre hombres y mujeres en la relación entre la severidad del abuso y el funcionamiento sexual, destacándose que a medida que aumenta el número de ocasiones en que se ha sufrido el abuso, las mujeres informan de mayor deseo sexual y tendencia a excitarse sexualmente. En varones, sin embargo, el número de abusos se asoció con menor deseo sexual y mayor inhibición sexual. La satisfacción sexual fue menor en ambos sexos al experimentar mayor número de abusos durante la adolescencia/adultez (sin penetración).
Conclusiones Se destaca la importancia de considerar las experiencias de revictimización y la severidad del tipo de abuso, a la hora de evaluar el funcionamiento sexual, así como las diferencias entre hombres y mujeres víctimas de abuso.

Abstract

Objective This study examined the relationship among previous sexual victimization experiences, their severity and several aspects of sexual functioning (desire, excitation/inhibition, and sexual satisfaction) in men and women. We distinguished the following types of sexual victimization: during childhood (CSA); during adolescence/adulthood (AASA); revictimization (CSA + AASA), and their severity (frequency of sexual victimization and sexual contact with penetration/without penetration).
Material and method A Spanish community sample composed by 228 men and 333 women with ages ranging between 18 and 50 years. The sample was selected incidentally and the participants were administered the Juvenile Victimization Questionnaire, Sexual Experiences Survey, Sexual Desire Inventory, Sexual Inhibition/Excitation Scales-Short Form and Global Measure of Sexual Satisfaction.
Results Individuals who had suffered revictimization reported higher solitary sexual desire and more propensity for sexual inhibition due to difficulties for focusing/distraction during sexual relationships (SI1). Differences were observed in the association between the severity of the abuse and sexual functioning in men and women. Overall, as the frequency of sexual victimization increased, women reported more sexual desire and more propensity to get sexually excited. However, in men, the frequency of sexual victimization was associated with lower sexual desire and more sexual inhibition (SI1). For both men and women, sexual satisfaction was lower when the frequency of victimization during adolescence/adulthood (without penetration) was higher.
Conclusions Findings highlight revictimization experiences and the severity of sexual abuse in sexual functioning. Differences between men and women victims of abuse and their sexual functioning are discussed.

ANOREXIA SEXUAL - PERDIDA DEL DESEO













La anorexia sexual es un trastorno de disfunciones de la vida erótica, como la inhibición del deseo, deseo sexual hipoactivo y ciertas formas de disritmia sexual,
Aunque el término, por su origen alimentario, se refiere al apetito sexual y a la pérdida del mismo,  la expresión debe ser dirigida hacia la inhibición del deseo y deseo sexual hipoactivo, donde la ansiedad placentera por erotizarse se ve anulado.
 
Las causas pueden ser varias, desde cosas orgánicas hasta factores de la dinámica de relación de pareja, pasando por rasgos de la personalidad, entre otros.
 
De acuerdo con el portal Entre Mujeres, este trastorno es un cuadro que padecen aproximadamente cuatro de cada diez mujeres y tres de cada diez hombres.
 
La convicción, es decir las ideas y pensamientos,  de que el sexo no es una experiencia placentera, sino que es vivido como algo traumático y repulsivo es el componente que distingue a la anorexia sexual y no el miedo, como podría creerse.  
 
Ante ello, el cuerpo pierde la sensibilidad y rechaza todo estímulo erótico que pudiera perturbarlo. 
 
Los factores más comunes son vergüenza, culpa, vivir el sexo como algo malo, desconocimiento del propio cuerpo y conductas agresivas del compañero sexual.
 
Los “anoréxicos sexuales” suelen acostumbrarse a usar estrategias para evitar los encuentros, como acostarse más temprano, descuido del aspecto externo, tener exceso de actividades familiares, amistades o al cuidado de hijos o nietos. 
 
La anorexia sexual puede relacionarse a enfermedades como depresión, hipotiroidismo, trastornos obsesivos o trastorno por estrés postraumático, especialmente como resultado de abuso o violación o cirugías mamarias.
 
Generalmente, los afectados tienen rasgos de personalidad similares a la anorexia nerviosa (trastorno de la alimentación): pensamiento perseverante, preocupaciones obsesivas, rigidez en el comportamiento, pobreza en la expresión emocional, tendencia a la autoexigencia, cuerpo vedado a las experiencias placenteras, antecedentes de sobreprotección familiar, entre otras.

¿Qué hacer?
  • Descartar enfermedades relacionadas.
  • Evitar pensamientos que alejen las fantasías.
  • Usar técnicas de relajación para controlar la ansiedad.
  • Tener contacto con el cuerpo para recuperar sensaciones placenteras.
  • Comunicar lo que te sucede a tu pareja.
  • En lugar de evitar el encuentro, hay que afrontarlo sin contacto genital al principio.
  • Aprender técnicas para modificar la imagen personal.